[El Cántaro] Inauguración de Salones donados por el Gobierno de Japón

Este martes 2 de Julio se inauguraron las Salas de Producción Artesanal, Gastronomía, Juegos y Tecnología Social en El Cántaro BioEscuela Popular gracias a la donación de la Embajada de Japón. El acto contó con la presencia del Embajador de Japón, el Sr. Naohiro Ishida y varias autoridades locales, nacionales y la Comunidad del Cántaro. La Sala de Producción Artesanal lleva el nombre “Don Gilberto Hermosilla” en honor al alfarero aregüeño que fundó la AAA.

A continuación compartimos el discurso del Director del Cántaro Gustavo Díaz en agradecimiento al gesto del Pueblo de Japón para la Comunidad del Cántaro:

Discurso de Agradecimiento por las obras donadas por el Gobierno de Japón al Cántaro

Doy la bienvenida a todas las personas presentes, las autoridades, Embajador Sr. Naohiro Ishida, Senadora Hermelinda Alvarenga de Ortega , Presidenta de la Comisión Parlamentaria de Amistad Paraguayo- Japonesa, Gobernador del Departamento de Central Hugo Javier González, representantes de la Municipalidad de Aregua, los representantes del sector público y privado, gracias por su presencia, la arquitecta Karina Ibarra y su equipo de constructores, pintores, electricistas, carpinteros, herreros, que construyeron esta magnífica obra (gracias por tanto!) como también el fabuloso Equipo del Cántaro, que aporta tanto para esta escuela, y en especial a nuestra querida gente de la Comunidad del Cántaro, que es el motivo principal de todo el esfuerzo y que personalmente son quienes dan propósito a nuestras vidas.

Iniciamos en las calles de Aregua hace 12 años ofreciendo Talleres Creativos Populares gratuitos a cada niño, niña, joven, o adulto que quiera aprender juntos. Luego de este tiempo conseguimos alquilar una casa que nos cobijó durante dos años en donde por primera vez teníamos un techo donde la lluvia, el sol radiante o el frío no nos permitiría suspender las actividades. Luego de haber estado en este lugar por dos años el costo elevado de la renovación del alquiler nos obligó a salir de allí, a pesar de haber restaurado una casa abandonada.

Fue así que desde el 2012, contamos con un lugar propio bioconstruido por cada estudiante, padre, madre o voluntario del Cántaro.

El Cántaro es una Comunidad de Aprendizaje, pero no solo es la comunidad quien aprende, sino que es también la comunidad quien enseña. Recuerdo desde pequeño, mi madre (hoy presente) me decía que al dar, una persona recibe más. Al comienzo yo no entendía ¿cómo puede ser que si yo daba a alguien mis juguetes iba a recibir más? No entendía, iba a tener menos juguetes, no más. Pero al dar o prestar mis juguetes, lo que en realidad estaba haciendo con ese gesto era ganar más amigos, algo mucho más valioso que un juguete y que podrían durar toda la vida.

Al dar gran parte de nuestras vidas a esta causa de brindar oportunidades, sin distinción, ni discriminación, ni limitaciones para quien quiera aprender con el fin de por lo menos en nuestra comunidad transformar positivamente la sociedad, lo que se recibe es tan gratificante para el corazón, es tan liberador para el alma.

Este lugar está vivo y es transformador, gracias a las miles de personas que dejaron lo más valioso que tienen, que es su tiempo, para que este sueño compartido de un país y un mundo mejor sea realidad. Sigamos soñando juntos, porque son los sueños compartidos los que transforman nuestra realidad.

El Pueblo y el Gobierno de Japón que este año cumplen 100 años de Amistad con nuestro país, a pesar de la distancia, océanos, lenguajes, costumbres y culturas que nos dividen, en este acto hoy se entrelaza con nuestra historia, brindando un aporte gigantesco para nuestra BioEscuela Popular, para Aregua, el Departamento Central e inclusive nuestro país.

Las fronteras son creadas por seres humanos, por ende pueden ser transitadas y trascendidas también. El gesto del Gobierno de Japón, en representación de su Pueblo, trasciende fronteras…pues es un gesto de generosidad a la especie humana, a nuestro desarrollo colectivo. Habitamos y transitamos en este único planeta; algunos la pasan cómodamente y con muchas oportunidades, pero la mayoría no cuenta con los mismos medios, ni contactos, ni capacidades u oportunidades para mejorar su situación para el buen vivir.

Esta escuela y en especial este nuevo edificio, con sus salas de Producción Artesanal, Gastronomía, Juegos y Tecnología Social busca quebrar con esa realidad, ofreciendo un espacio de oportunidades para los Talleres de Oficios (cerámica utilitaria, serigrafía, cocina saludable, mosaico y todo tipo de producción artesanal) con el fin de que aquí surjan emprendimientos que a través de la creatividad alimentemos nuestra alma y a la vez generemos ingresos, tanto para la comunidad y el autosustento de la escuela.

Cabe aquí hacer un breve paréntesis para brindar un importante homenaje a nuestro maestro alfarero don Gilberto Hermosilla, persona ilustre y visionaria de la ciudad, fundador de la Asociación de Artesanos de Areguá que utilizaba sus conocimientos de ceramista para innovar para resolver problemas sociales y ambientales. Tuvimos el honor de contar con Gilberto como nuestro profesor de cerámica, pero partió muy pronto y en su honor queremos que la Sala de Producción Artesanal lleve su nombre.

Personalmente, fue un gran amigo que me compartía sus inquietudes, sobre esta ciudad y sus pobladores y cómo la cerámica tiene el potencial de resolver tantos problemas que nos aquejan como el plástico, a través de la cerámica utilitaria; del agua, creando filtros de agua, irrigadores eficientes; la energía, con fuentes alternativas de quema y utilizando la cerámica para la cocina.

En esta cocina queremos aprender a cocinar mejor, no solo porque la injusticia es tal que hay niñas y niños que no tienen qué comer y no se puede crear con un estómago vacío, sino porque la comida, como el arte es algo que nos une. Si comemos mejor, crecemos mejor, aprendemos mejor, disfrutamos y compartimos y de paso puede ser una interesante fuente de ingreso y salud.

Para lograr los objetivos de este proyecto, en el que Japón nos brinda semejante infraestructura, como institución tenemos la responsabilidad de llenarlo de contenido. Para ello, hemos generado alianzas claves con instituciones públicas y privadas como el Instituto Paraguayo de Artesanía, la SINAFOCAL, la Fundación Itaú, universidades, Guardaparques Voluntarios, la Municipalidad de Aregua y el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (MITIC).

Justamente, arriba estará la Sala de Tecnología Social, un espacio que apunta cerrar la brecha digital, porque así como el acceso a la cultura, el acceso a la información es nuestro derecho. En este siglo las mejores bibliotecas y universidades están al alcance de nuestras manos, pero al igual que nuestra Mediateca si no aprendemos a leer, no podremos acceder al conocimiento de la humanidad que nos ayude a mejorarnos como personas o como sociedad. Queremos que la tecnología esté al servicio de la humanidad. Queremos que la ciencia esté al servicio de la Tierra, porque ella se merece nuestro cuidado, no su destrucción.

Si vamos a innovar, que sea para resolver problemas sociales.

Si vamos a crear, que sea para generar mayor felicidad.

Si vamos a aprender, que sea a través de nuestro compartir y observando a la naturaleza.

Hoy Japón nos brinda esta oportunidad. Y así como cuando era niño no entendía cómo regalando mis juguetes iba a recibir más, muchos se preguntarán qué gana el Gobierno de Japón donando tanto a comunidades tan lejanas a su país, como del Paraguay. Los resultados tangibles e intangibles dependerá de cómo nosotros le saquemos el jugo a esta inversión, pero lo que sí el Pueblo Japones ya ha ganado es nuestra amistad y hermandad.

Para finalizar, el lenguaje y las palabras es una frontera más. A veces no nos entendemos y a veces no llega a trasmitir lo que realmente sentimos. En nombre de toda la Comunidad del Cántaro, que es mi familia, solicito 30 segundos de silencio de profundo agradecimiento por tan noble gesto.

¡DOMO ARIGATŌ!